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El paradigma de córdoba

En las recientes jornadas que bajo el título Encuentros Averroes se han celebrado en Córdoba, el filósofo y profesor iraní de la Universidad de Toronto, Ramin Jahanbegloo, profundizó en su idea del paradigma de Córdoba, que acuñó en su libro Elogio a la diversidad . En él plantea el trasvase del modelo de convivencia pacífica entre las tres culturas de la Córdoba de Al Andalus a la sociedad actual, al mismo tiempo que destaca la vigencia que la aceptación de la diversidad, de la pluralidad confesional y la lucha contra los fanatismos y racismos tiene en la actualidad. Mientras estas jornadas tenían lugar en el confortable salón de actos del Rectorado de la Universidad de Córdoba, los países árabes viven un gran momento histórico con repercusión para toda la humanidad. La revolución del pueblo árabe comenzó cuando el joven tunecino Mohamed Buazizi se suicidó a lo bonzo para protestar porque la policía, por cierto, de un régimen bien visto por la política europea hasta ese mome

La despenalización de las drogas

El flamante premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, ha sugerido retirar el carácter criminal al consumo de drogas mediante un acuerdo de países consumidores y países productores para acabar con el narcotráfico. Llegó a afirmar que el tráfico de estupefacientes es "la mayor amenaza para la democracia en América Latina". Hace unos tres meses en este mismo periódico Vicente Fox, presidente de México entre los años 2000 y 2006, en su visita a Córdoba hizo unas declaraciones en las que se inclinaba "por avanzar en la despenalización de la droga" debido a los estragos que produce en la población. Felipe González también se pronunció en esa línea. A una escala local, mucho más pequeñita, desde que puse los pies en los barrios que padecen un elevado porcentaje de exclusión social, me di cuenta cómo el consumo de drogas y la venta de estupefacientes son factores determinantes de la situación en la que se encuentran. Familias enteras lamentan la muerte de varios

Cordoba, una gran ciudad

A Córdoba se la podría representar a través de tres estratos. Un estrato soterrado, lleno de riquezas arqueológicas que nos hablan de su esplendoroso pasado. Un primer piso, el presente, que nos sitúa estadísticamente en el furgón de cola de la economía española. Y, por último, un segundo piso a construir con algún que otro motivo de optimismo, como poder llegar a ser la capital de la cultura europea para el 2016. Precisamente, para la obtención de tan deseado título estamos sobrados de historia y arte, pero bastante faltos de un presente consolidado que nos abra la puerta a ser capital europea. Posiblemente, el factor que más ha determinado este retraso haya sido la falta de modernidad con la que nuestra ciudad encaró el siglo XX, una ciudad centrada en el sector primario de la economía y donde las ganancias de los terratenientes iban a engrosar las cuentas bancarias de entidades foráneas. Por otro lado, la Iglesia local, con un excesivo poder sobre todo económico ejercido a lo l

Por el bien del menor

La ley 1/1998, de 20 de abril, que trata de los derechos y la atención al menor en Andalucía, establece como primer principio primar el interés superior del menor frente a cualquier otro interés legítimo. De lo anterior se desprende la tan manoseada frase "por el bien del menor". Sin embargo, cuántas injusticias y violaciones a los derechos humanos, en este caso a los derechos de la infancia, se cometen bajo el paraguas de esta ley, que pretende favorecer a uno de los sectores más débiles de la sociedad como son las personas más pequeñas necesitadas de mucho amor y seguridad. Por el bien del menor se han retirado niños a familias que se encuentran en situación de riesgo social, o lo que es lo mismo, padres y madres que padecen la pobreza o la exclusión social. La ley de la atención al menor establece medidas para evitar estas situaciones de riesgo, que precisamente recoge la ley de inclusión social y que aún no se ha puesto en marcha a pesar de la grave situación social

Rumanos: expulsión e integración

Ferreres en su cómic del Diario CORDOBA, publicado el día 23 de septiembre, dibuja a dos viejecitos escondidos detrás de una esquina viendo a un grupo de encapuchados perteneciente al Ku Klus Klan. Un viejecito dice: "Tiene gracia que el partido con más chorizos por metro cuadrado decida que hay que expulsar a los gitanos porque no cumplen con la ley". A lo que el otro viejecito contesta: "Cualquier día vendrán a por nosotros, por ser viejos y malvestidos". Esta viñeta me trae a la memoria la famosa cita de Martin Niemoeller: "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí". ¿Qué pensarían Gandhi o Luther King, asesinados por defender los derechos humanos,

Sociedad y escuela democráticas

Un Estado social, democrático y de derecho tiene el deber y la obligación de poner todo su acento en educar y formar a ciudadanos libres, responsables y solidarios/as que contribuyan a fortalecer y cohesionar a la sociedad. El Estado le ha concedido al sistema educativo la máxima potestad para conseguir esta finalidad. Los primeros gobiernos socialistas impulsaron y aprobaron la nueva ley educativa, la LOGSE , que sustituía a la antigua ley de 1970. La LOGSE , a pesar de las lagunas con las que nacía, contribuyó a universalizar la educación en un país que estrenaba una joven democracia. Buscaba la igualdad de oportunidades para todas las personas. Marcar una misma línea de salida consolidaba el principio de justicia social en la que debe basarse un Estado democrático, ya que de lo contrario, parte de la ciudadanía estaba avocada a vivir en un estrato de empobrecimiento social, del que muchas personas acabarían en la exclusión social. Al paso de los años, los diferentes gobiernos, e

LA TERCERA OPORTUNIDAD

Perdimos la primera oportunidad. El Cabildo de la Catedral , el mismo que fundase Cajasur, la sentenció a muerte. Una defunción causada por una pésima gestión, por la nefasta política de empleos, por la temeraria inversión en el ladrillo, por el pernicioso personalismo de Miguel Castillejo, presidente de la entidad durante treinta años y que se retiró con una pensión vitalicia millonaria, al que el Banco de España deja fuera de la investigación a pesar de tanta irresponsabilidad. Parece mentira que uno de los cabildos catedralicios con más dinero y poder de las diócesis españolas, ni fuera capaz de fundar, siglos atrás, una universidad como se hizo en otras ciudades, ni ha sido capaz de dejar una Caja saneada y productiva al servicio de Córdoba y su provincia. Perdimos la segunda oportunidad. El mismo Cabildo apuntilló el último solplo de vida al negar la fusión con Unicaja. Su soberbia de perdedor no le ha permitido entregar la Caja al enemigo rojo, según su propio comentario.