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CHIAPAS, UN MUNDO DE VIDA

El mundo de la vida pertenece a las mujeres y hombres, niños y ancianos, que viven la afectividad, la solidaridad, la libertad, la justicia, la igualdad,… de una manera cercana y humanizadora. En contraposición, el mundo de la muerte se basa en el poder avasallador y corrupto, en la economía neoliberal que mata de hambre, en la injusticia social que crea barreras infranqueables entre los mundos. Un ejemplo del mundo de la vida se llama Chiapas, pueblo entrañable y tremendamente solidario y acogedor, que clama por sus derechos. El mundo de la muerte, marcado por los intereses de una economía de mercado salvaje, utiliza como títeres de trapo a los gobernantes de los países del Tercer Mundo, causando que 40.000 niños mueran de hambre todos los días; que la humanidad esté rota por los cincuenta conflictos bélicos a lo largo y ancho de todo el planeta; que las bolsas de exclusión social sean cada vez mayores, incluso en los países desarrollados, donde un nuevo y feroz nacionalismo

EDUCADORES DE CALLE

Llegamos a principio de los años 90 a la Calle Torremolinos para comprometernos con una de las realidades más duras de la ciudad. Llamamos a una de las “puertas” de esa calle, la parroquia, y nos la abrieron de par en par. Por entonces estaba de párroco el buen amigo Rafael, que tantas inquietudes y avellanitas compartió con nosotros en esa gran mesa camilla de la casa de la Begoña, Isabel y Mª Ángeles. Begoña, una mujer que lleva 25 años de su vida al lado del pueblo gitano, nos introdujo y nos enseñó a dar los primeros pasos en este espacio del llamado Cuarto Mundo. Y junto a ellos los educadores de calle (“los maestros” como cariñosamente nos llaman los chavales) íbamos formando equipo, en el que programábamos, decidíamos, avaluábamos…, pero sobre todo, compartíamos los trajines de nuestro “estar” en la calle con nuestra gente. Fue precisamente la primera actitud que quisimos desarrollar: la de estar , que ya era bastante, sin molestar, que ya bastante tienen con lo qu

SOLEDAD DE LOS MÁRGENES DE LA HISTORIA

Por soledad puede entenderse aquel momento de la vida que todas las personas necesitamos para encontrarnos con nosotros mismos, tomar una opción, decidir ante una propuesta, pacificar nuestro interior,… Se trata de una soledad que nos humaniza, que nos ayuda a construir nuestra personalidad. Es necesario que en los tiempos que nos han tocado vivir, en los que la prisa, la falta de valores, la competitividad, el consumismo, el individualismo nos pueden determinar, hagamos paradas en el camino, en el vivir cotidiano, para reflexionar, meditar, contemplar,… Hábitos saludables que nos ayudan a no diluirnos en la muchedumbre de lo impersonal. La soledad así entendida es una actitud positiva que nos hace seres humanos. Es un valor que posibilita nuestra realización personal. Como muy bien dice Fernando Savater, en su libro El valor de educar: “nacemos humanos, pero tenemos que llegar a serlo, es el deber moral”. Esto quiere decir que donde nos vamos formando como personas es en la “mat

NO TODAS LAS PERSONAS TIENEN TECHO EN ESTA CIUDAD

La adjudicación de ciento diez viviendas de protección oficial en el Polígono del Guadalquivir ha propiciado un conflicto social ante la grave situación que está provocando la falta de viviendas de protección en nuestra ciudad. Existe una fuerte demanda de viviendas, sobre todo, en las zonas más empobrecidas de la ciudad, en las cuales las familias no tienen recursos para comprar una vivienda. Son barriadas con un elevado índice de población infantil y juvenil. Existen numerosos casos donde pueden llegar a convivir hasta una media de diez a quince personas. Situación que se hace insostenible cuando se trata de viviendas que no llegan a los cuarenta metros cuadrados y se encuentran en mal estado de habitabilidad como es el caso de los pisos de la calle Torremolinos y aledaños. Una consecuencia inmediata de lo anterior es que las jóvenes familias se ven obligadas, en algunos casos, a “buscarse la vida”, con la consiguiente aparición de núcleos chabolistas. En lo que va de año h

NOS OFRECIERON EL TODO Y NOS DEJARON SIN NADA

ANÁLISIS Y CONSECUENCIAS Cada día que pasa vemos y sentimos una cadena imparable de cierres, crisis de empresas, ventas de industrias…, y se produce con tal rapidez que ni siquiera podemos reaccionar a tiempo, ni tomar conciencia suficiente de lo que está ocurriendo en nuestra ciudad. La Azucarera de Villarrubia es el paradigma de lo que venimos padeciendo desde los últimos veinte años, en los que Córdoba ha perdido 15.000 puestos de trabajo, años que se sustantivan bajo un denominador común, la desindustrialización: crisis de las industrias metalúrgicas, cierre de la Azucarera del Carpio, cierre de la Azucarera de Villarrubia, crisis en Colecor, arranque de viñas y olivos, ganadería castigada por los “dichosos” cupos, multinacionales que van sólo a su conveniencia… Es sencillamente lo que está ocurriendo en Andalucía: cierre de Astilleros, flota pesquera amarrada, crisis de Santana, de Interhorce, de Puleva… Cuando preguntamos qué está pasando, nos contestan  con mucha c

LA DROGA: UN PROBLEMA MUNDIAL

Ante la convulsión social que en las últimas semanas azota diferentes barrios de nuestra ciudad, bajo el lema “Lucha contra el narcotráfico”, quisiera ofrecer, desde mi experiencia, una visión acerca de lo que está ocurriendo. Las primeras cuestiones que quiero plantear son: ¿Qué está pasando realmente en estas zonas de la ciudad? ¿Contra quién se está luchando? ¿Acaso es ésta una forma adecuada de abordar el problema de la droga? La respuesta es sencilla. Con todos estos hechos   se está desviando la atención de la opinión pública. No se está destapando la verdad que todas las personas tenemos derecho a conocer. Es, por tanto, imprescindible y urgente hacer un análisis serio, que profundice en las verdaderas causas del problema de la droga. Sólo se habla de cómo ha estallado la situación en las barriadas de las Palmeras y Moreras y en la calle Torremolinos. Pero es un grave error querer identificar la droga como un problema que tiene sus raíces en los barrios marginales. ¿Po

LA CALLE TORREMOLINOS, UNA CALLE MARGINADA

                        Mientras las miradas se dirigen a las imágenes que procesionan durante la Semana Santa de 1993 la calle Torremolinos de Córdoba, zona de la barriada del Sector Sur conocida popularmente como los “Vikingos”, seguirá viviendo el calvario de la injusticia social al que está sometido su vecindario.                         Es un tiempo propicio para hacer una reflexión en voz alta sobre la cruda realidad que viven sus habitantes.                           SITUACIÓN DE LA CALLE TORREMOLINOS 1.- VIVIENDA.                         Los vecinos de la calle Torremolinos habitan en unas viviendas pequeñas y llenas de deficiencias en las que el hacinamiento es el denominador común. Pueden vivir una media de diez personas en pisos de alrededor de 40 metros cuadrados. La situación se complica, aún más, cuando las jóvenes parejas deciden independizarse, fabricando chabolas en lugares abandonados de los alrededores.                         ¿Hasta cuándo la empresa