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Mostrando entradas de diciembre, 2009

CUENTO DE NAVIDAD

Érase una vez Córdoba, ciudad patrimonio de la humanidad, con un gran hospital universitario y una de las mejores universidades públicas andaluzas y españolas. Una ciudad en que ninguna persona está ni se siente excluida. Todos sus barrios gozan de un urbanismo que no permite ningún tipo de segregaciones sociales. Ciudad laica y tolerante, donde las haya, en la que se oyen las campanas de las iglesias, la voz del almuédano llamando a la oración desde el alminar de la calleja de la Hoguera y los judíos celebrando el sabat en la judería. Ciudad crisol de artistas y emprendedores, en la que cada persona tiene tiempo y espacio para desarrollar sus inquietudes y talentos. Ciudad de mil tabernas y lugares de ocio, donde divertirse con las amistades; y de mil librerías, donde adquirir conocimiento y cultivar el alma. No en vano en Córdoba palabras como analfabetismo y fracaso escolar han caído en desuso. Ciudad  gobernada por personas que, al margen de su profesión, se

Aminetu haidar

Antonio Tejero, nuestro embajador cordobés en el aeropuerto de Lanzarote, al igual que lo han hecho decenas de actores y escritores como Willy Toledo, Pedro Almodóvar o José Saramago, se han solidarizado con una mujer que podríamos calificar como la "rosa humana del desierto", Aminetu Haidar. Una mujer cuya sensibilidad y dignidad la han llevado a rebelarse con otros tipos de violaciones, como la que ejerce el Estado pseudo-democrático marroquí, que condena al empobrecimiento social a su propio pueblo y viola el derecho del pueblo saharaui a sentirse nación y a tener su propia identidad. Marruecos ha reconocido que el motivo que llevó a sus autoridades a expulsarla, no es la primera vez que ocurre, fue debido a que voló al Sáhara Occidental identificándose como saharaui y no como marroquí. La expulsión de Haidar fue inmediata cuando ésta rellenó el formulario de entrada a Marruecos y escribió saharaui en el apartado dedicado a "nacionalidad". Su delito es sent

DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.

Mañana, 10 de diciembre, haremos memoria de la declaración universal de los derechos humanos; que de cumplirse, los más de 6.000 millones de personas que habitan en el planeta gozarían de una verdadera ciudadanía. Es nuestra obligación recordar que decenas de niños en nuestra ciudad no tienen una familia que los críen y los quieran. Niños que pasan meses e incluso años en centros de menores a la espera de ser acogidos por personas dispuestas a ofrecerles un corazón y un hogar. ¿Cuántas abuelas y abuelos subsisten con pensiones que apenas le alcanzan para malvivir y, lo que es más triste, en extrema soledad? ¿Cuántas mujeres siguen viviendo el maltrato físico y psicológico en sus propias casas y familias? ¿Cuántas personas viven en extrema pobreza, padeciendo la lacra social de la exclusión? Y pasan los años, con crisis o sin crisis, y las asociaciones en defensa de los derechos humanos siempre nos recuerdan las mismas cifras. Sin embargo, mañana tiene un nombre propio: Am