¿DÓNDE ESTÁ TORREMOLINOS?

El pasado 4 de marzo, en la inauguración de la exposición Mujeres con Mayúsculas, Manuel Torralbo, vicerrector de la UCO, me sugirió el título que encabeza el presente artículo.

            Inmediatamente cuando pronunciamos Torremolinos se nos viene a la memoria la localidad malagueña bañada por las aguas del Mediterráneo. ¡Qué buenos espetos se saborean en sus chiringuitos! ¡Qué codiciados días de relax bajo su cielo luminoso! Para muchos cordobeses Torremolinos, al igual que Fuengirola, Torre del Mar o Torrox, son su segunda residencia, a tan sólo 45 u 80 minutos, según viajemos en AVE o a través de la A-45.

            Sin embargo, en Andalucía existen lugares que, bajo sugerentes nomenclaturas, esconden a miles de personas que viven en condiciones infrahumanas (5 de cada 100 andaluces padecen la exclusión social). Barrios que ya existían antes de los años 70 y otros que han surgido en plena democracia acogen a miles de viviendas de protección pública convertidas en guetos. Recordemos algunas zonas de las Tres mil viviendas de Sevilla, de Almanjáyar en Granada, de Palmeras en Córdoba o de la Palma-Palmilla en Málaga. Familias enteras subsisten bajo un persistente deterioro social a lo largo de décadas.

            Han pasado crisis, en los 80, en los 90, la que venimos atravesando. Hemos presenciado tiempos de pujanza económica, con pingües beneficios para la banca y las grandes empresas; las Administraciones han dispuesto de cuantiosos presupuestos de miles de millones de euros para la inversión pública pero, curiosamente, los condenados a la miseria no han visto mejorar sus condiciones de vida.

            Muchas familias de la Calle Torremolinos de Córdoba se encuentran en esa situación. ¿Qué conocimiento de ello tiene la ciudadanía en general? Mucho me temo que miran a estas personas como problemáticas, conflictivas, como una amenaza para la seguridad ciudadana. Sus percepciones están dominadas por los prejuicios, alimentados por noticias alarmistas.

            ¿Qué política social se ha desarrollado? Reconociendo que en estos últimos 20 años se ha dispuesto de más recursos sociales, sin embargo, a la vista de los resultados han sido a todas luces insuficientes. La situación de la población más empobrecida de Andalucía no estaba en la agenda del máximo responsable de la Junta de Andalucía. ¿Han visto alguna vez al Sr. Chaves en estos barrios, a tendiendo a sus gentes, priorizando su responsabilidad política con los que menos tienen? Un ejemplo claro y contundente es que la tan traída y llevada Ley de Inclusión Social lleva nueve años empantanada. De ahí que en tiempos de crisis y recesión económica se disparen los índices de paro y vulnerabilidad social más que en ninguna otra región de la Unión Europea.
           
            Entre la Andalucía de las bellas imágenes de promoción turística y la Andalucía de la pobreza y la exclusión social existe una imparable brecha, que hace de nuestra tierra una sociedad dual.

                                                           Córdoba, 14 de marzo de 2009.
                                                                Miguel Santiago Losada

                                                   Profesor y Presidente de la Asociación Kala

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