El rostro del excluidor
Debido a mi compromiso con la realidad social
siempre me ha resultado menos complicado por tangible hacer un análisis sobre
la situación que padece el excluido social, desde la abuela que malvive con su
exigua pensión en la más deshumanizada soledad hasta el chavalito que consume
su vida en la cárcel a causa de las drogas, pasando por el inmigrante que se
encuentra encerrado y maltratado en un centro de internamiento para inmigrantes
por el solo hecho de no tener documentación, etc. Sin embargo, me resulta más
complejo ponerle el rostro concreto al responsable o responsables de la
exclusión social.
Aprovechando el momento político y económico
que atravesamos, en un momento de depresión económica mundial, quisiera plantear
una pequeña reflexión sobre lo que para mí significa ser excluidor social. El
término depresión económica ya es una expresión del excluidor. ¿Quién está
deprimido económicamente, las grandes multinacionales o todos los pueblos
explotados y empobrecidos del planeta?
Aunque no sea tarea fácil voy a intentar
hacer una breve relación de situaciones, organismos y rostros excluidores:
El presidente del Gobierno andaluz, Manuel
Chaves , en su discurso de investidura, volvió a olvidarse del principal
problema que sufre Andalucía, las más de 400.000 personas que padecen la
exclusión social.
El nuevo ministro de Trabajo e Inmigración,
Celestino Corbacho , declaró hace un año: "La inmigración está creando
una realidad nueva que nos hace estar todos más inseguros". Hace unos
días, ya como ministro, hacía los siguientes comentarios: "La ciudad no
puede ser para el último que llegue", "Si antes había diez
personas con derecho a una beca de comedor y ahora son veinte, no podemos
llevar la política de dársela a los últimos que han llegado". ¿De qué
política socialista estamos hablando? Afirmaciones como esas siguen alimentado
la intolerancia y la xenofobia, mecanismos excluidores, que generan más y más
exclusión social. ¿Por qué no dice que los diez últimos que llegan, a costa de
sus trabajos e impuestos, están resolviendo las pensiones, el cuidado, etc., de
los diez primeros que nos precedieron?
¿A quiénes sirven los responsables del poder
judicial? ¿Con qué patrón están hechas las leyes que condenan a muchos años de
cárcel a una persona pobre y toxicómana por actos delictivos que tienen su
causa en las terribles circunstancias en las que se encuentra, que por cierto
llenan las cárceles de nuestro país, y ponen en libertad a personas que han
cometido multitud de delitos urbanísticos, mafiosos, que han puesto en peligro
a toda una ciudad y han estafado al Estado todo lo que han podido y más?
Utilizan el lenguaje excluyente cuando hablan de inseguridad ciudadana
refiriéndose a los primeros y de ajustarse a las leyes cuando se refiere a los
segundos.
¿Cuál es la principal causa de la sangría
humana que padece el continente africano? La vieja Europa, actualmente UE, es
la principal responsable del genocidio del pueblo africano, a través de
guerras, hambre, sed y enfermedades que empujan a los más jóvenes a emigrar
hacia la orilla del rico y civilizado Norte. Los gobernantes europeos con duras
leyes de extranjería violan descaradamente los derechos humanos, con vallas y
alambradas, en las que más de un joven africano ha perdido su vida y con un
sistema de vigilancia policial que ha hecho del Estrecho la gran fosa común de
muchas vidas desesperadas.
La gran banca y las grandes empresas que
dirigen los hilos de la economía y la política, asfixiando las economías de la
clase media del Primer Mundo, matando de hambre, enfermedades y guerras a las
personas del Tercer Mundo y generando cada año mayores bolsas de Cuarto Mundo
tanto en EEUU como en la UE.
Los dirigentes de dichas entidades tienen nombres y apellidos
y son recibidos con alfombras rojas en cualquier despacho presidencial del
mundo.
Tras esta somera relación, qué podemos hacer.
De entrada, quitarnos las gafas de diseño que nos han puesto para que no veamos
la realidad. Lo primero que deberíamos de intentar es llamar a las cosas por su
nombre: ¿Dónde residen las raíces de la inseguridad ciudadana? ¿Por qué no
pasamos del miedo a lo diferente a la lucha por la justicia social? ¿Qué
tenemos que perder? El miedo y la inseguridad son los nutrientes para conseguir
una sociedad insolidaria, xenófoba y consumista, perfecto caldo de cultivo para
que los excluidores sigan violando los derechos humanos.
* Profesor y miembro de la APDHA
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